Hubo muchos momentos de mi niñez en los
cuales solo quería llorar, porque todo me hacía llorar. Yo era muy depresiva y
la felicidad nunca estaba de mi lado
(eso yo pensaba). Me acuerdo que me gustaba escribir en mi diario todo lo que
me pasaba y muchas de las cosas que yo escribía era de depresión. Lloraba casi
todos los días, porque no me gustaban los comentarios de los niños en la
escuela, lo que mi familia me decía o el hecho de que ninguno de mis padres
estaban a mi lado. Una vez escribí en mi diario esto:
“Querido
diario hoy es el día de mi cumpleaños y me siento muy triste, porque el día ya
se está terminando y aun mi mama ni me ha llamado. De seguro que esta con su
novio y mis hermanos pasándola bien y yo aquí triste porque ella no me ha
felicitado. Un año más que ella ase lo mismo, me pregunto cuándo será que ella
cambiara. En este momento solo quiero llorar porque es lo único que me hace
sentirme bien desahogarme con migo misma. Ya esta situación no la aguanto
siento que es mejor morirme que estar viviendo en esta vida sin que nadie me
quiera. Yo quiero tener mi madre y mi padre a mi lado, quiero decirle lo cuanto
ellos son especiales para mí. Quiero decirle que necesito de ellos a mi lado
para dejar de estar triste. En la escuela parece que no tengo amigos y que
nadie me quiere. Ellos siempre hablan mal de mí y no quieren estar a mi lado,
mi mejor amiga dice que es mi amiga pero siempre estamos peleando. ¡No sé qué
más hacer! Y aquí en mi casa mi familia me trata mal, es como si estuviera en
este mundo pero no debería de estar. Solo que queda llorar y llorar.”
Esta historia de vida la viví por muchos
años y lo peor es que yo era solo una niña la cual no sabía la razón de mi
sufrimiento. Siempre culpaba a Dios de todo lo que me pasaba. Pensaba que El y
solamente él era el culpable de tanta tristeza. Cada vez que estaba triste me
venía a la mente que lo mejor que yo podía hacer era quítame la vida porque
nada más me iba a poder ayudar. ¿Pero estaba yo en lo cierto? ¡Claro que no!
Llorar no iba a cambiar nada solo me iba a ser más triste y Dios no era el
culpable de mi tristeza, sino el diablo que quería verme triste. ¿Porque como
Dios siendo nuestro padre celestial va a querer que nosotros suframos? ¡De
ninguna manera! Dios nos quiere ver feliz porque siendo el nuestro padre Él
quiere que nosotros seamos felices y no tristes. Él no quiere que lloremos
todos los días, porque no encontramos ser felices. Él no quiere que su hija o
hijo sufran tanto y que tengan depresión. El día que entendí eso mi vida
cambio, porque deje de ser una joven depresiva a ser una chica feliz. Dios
cambio mi historia de vida como también puede cambiar su historia de vida. Yo
sé que hay muchos momento en nuestra vida que solamente queremos llorar porque
no encontramos una solución a nuestro problemas, sin ni siquiera saber que la
solución de nuestro problema está en nuestras manos. Que de un día para otro
todo puede cambiar. No tenemos que llorar para que nuestra situación cambian.
Cuando uno se pone a llorar por los problemas que uno tiene, nosotros estamos
permitiendo que el diablo sea el cual este feliz por nuestro sufrimiento. Así
que amigos debemos de dejar a ser feliz al diablo con nuestro sufrimiento.
Comencemos una nueva vida junto a Dios llena de alegría y felicidad, porque él
y solo él es el dueño de la felicidad.
¿Alguna vez te has sentido que solo
quieres, llorar y llorar? ¿Cómo fue que dejaste de ser una persona depresiva?
¿O eres tú una persona depresiva y no sabes cómo cambia? ¡Deja tu comentario!
No hay comentarios:
Publicar un comentario