Hace 4 años atrás yo estaba muriéndome y no me morí porque en ese mismo instante cuando estaba muriendo decidí entregar mi vida para Dios. Luego de esto por voluntad propia yo quería servir a Dios aun más. Y comencé a ser miembro de la iglesia, del grupo joven, del grupo de evangelización. Yo quería ser parte de todo en la iglesia porque de alguna forma yo quería ser usada por Dios. Me interese tanto en las cosas de Dios hasta un punto que mi vida estaba totalmente transformada y mis pensamientos ya no eran lo mismo. Yo era otra persona acabada de nacer, la cual quería decirle a otras personas la razón de su felicidad.
Yo estaba pensando que hubiera pasado si yo hubiera muerto en ese momento cuando ya ni podía respirar. Muchas cosas hubieran pasado y yo lo hubiera lamentado mucho. Yo en este mismo momento estuviera en el infierno quemándome porque yo no había entregado mi vida a Dios. Ni siquiera tenia uso de razón de quien era ese Dios maravilloso del cual todo el mundo en la iglesia comentaba. Yo no hubiera tenido el privilegio de crecer y conocer a nuevas personas las cuales hoy son como mi familia. Todos estuvieran recordándose de mí y echándole la culpa a Dios de no haberme salvado. Yo no hubiera cambiado mi vida ni hubiera cumplido mis metas. Me hubiera perdido de muchas cosas. Si yo hubiera muerto ahora mismo yo hubiera sido una muerta más que murió por causa de una picada de mosquito. Muchas cosas que yo me hubiera perdido y me hubiera arrepentido pero ya hubiera sido muy tarde.
Pero pongámonos a pensar y pensemos en lo que paso en esos días que yo estaba muriendo. Cuando hablamos la palabra “Muriendo” es algo muy fuerte no todo el mundo llega a ese punto solo aquellos que en realidad están casi muertos. Entonces cuando yo digo que me estaba muriendo es porque en realidad me estaba muriendo. Todos en esos días sabían que yo no podía sobrevivir y que si quedaba viva era un milagro. Hasta los doctores estaban consiente de eso. Yo estaba tan mal que ni yo misma sabia que iba a morir, hasta el punto en el cual entramos a la sala de intensivo y yo vi ese letrero grande que decía “Intensivo”. Como todos sabemos la sala de intensivo solo es para aquellos que están en un estado de salud muy grave y le queda poco de vida. Si usted es una persona de mente abierta probablemente ya sabe que pasó en ese día cuando yo decidí confiar en Dios y entregar mi vida a El. Pero si usted no tiene ninguna pista de lo que paso en ese día yo le voy a decir.
En ese día cuando yo hice un pacto con Dios entregándole mi vida a El a cambio de seguir viviendo. Ya el diablo tenía mi vida en sus manos solo faltaba el querer hacedlo y listo!, yo estaba muerta. Más cuando Dios escucho mi clamor en ese mismo instante El ha mandado sus ángeles para que no me dejen morir y me sacaran de las manos del diablo. Fue algo tan rápido que ya en ese mismo día yo me estaba sintiendo mejor y estaba empezando a respirar. De hecho ya el otro día yo estaba fuera de la sala de intensivo.
¿Porque yo estoy hablando de esto? Yo estoy hablando de esto porque tal vez algo similar ha pasado con usted. Dios le dio la mano mas usted no ha sido agradecido con El o tal vez aun no ha tomado en sus manos esa oportunidad que Dios le ha dado de seguir viviendo o de seguir cumpliendo metas. Póngase a pensar en algo que usted ha vivido y Dios le ha dado la mano y el resultado fue diferente. Sera que usted le dio las gracias a Dios y esta tomando esa oportunidad en sus manos para cambiar su futuro y ser mejor persona. Medite en esto y usted mismo tendrá la respuesta en su mente.
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