miércoles, 12 de septiembre de 2012

Una puñalada en el corazon

¿Hasta donde una mentira puede llevar a una persona? Muchas personas cometen muchos errores por culpa de una mentira que no supieron controlar. ¿Pero que pasa cuando admites que as dicho una mentira y hasta pediste perdón a Dios? Muchas veces cuando decimos mentiras y pedimos perdón a Dios. El nos perdona, más que tal si solo le dijiste a Dios lo que hiciste, mas no le dijiste a  la persona a la cual le mentiste que le habías mentido.
Hace 3 meses atrás yo estaba teniendo una entrevista para entrar en un grupo de la iglesia. La persona que me estaba entrevistado me hizo muchas preguntas las cuales yo respondí rápido y segura de lo que estaba diciendo. Todo iba muy bien hasta el momento en que esta persona me a hecho esta pregunta; ‘’ ¿Usted a tenido novio?” Yo respondí “Si”. La persona dijo “¿Porque terminaron?” yo respondí “Por que éramos muy jóvenes y yo era muy inmadura”. En realidad lo que yo le respondí a ella era mentira. Yo si tuve novio mas no fue solo uno fueron varios. Más yo no hable con esta persona con la verdad. A mi nunca me gusta hablar de mi pasado o de lo que yo hacia antes porque no eran las cosas correctas. Pero uno debe de aceptar quien uno fue, es y será. Luego que yo termine la entrevista yo estaba consiente de que yo había mentido y pedí perdón a Dios muchas veces. Yo misma no podía creer que yo había mentido, solo para ocultar mi pasado. Para mi era difícil creer que yo mentí porque desde hace mucho tiempo yo oro todos los días a Dios para que aleje las mentiras de mí. Desde que conozco de Dios yo me convertí en una persona que odia las mentiras, es como si desteto cuando alguien me habla mentira. Mis amigos y familias saben que a mi no me gusta las mentiras.
Luego de esto todos los días yo me ponía a pensar  porque yo había mentido y venían a mi mente muchos pensamientos como;  “Todo tiene una razón y tu as mentido porque no quieres que otros sepan de tu vida sentimental”. Aunque todas estas razones venían a mi mente en verdad no había ninguna razón por la cual mentí. Las mentiras no tienen razones, si mientes mentiste y punto. Aunque yo pedí perdón a Dios yo aun no me había confesando con esta persona que me entrevisto y decirle que yo había mentido. Los meses fueron pasando y cada vez que yo quería contarle que le había hablado mentira siempre algo me retenía un pensamiento de; “Pero que esta persona va a pensar, tal vez va a decir que no eres de Dios porque mentiste, o tal vez esta persona no va a confiar mas en ti” o “Pero ya no pediste perdón a Dios, porque tienes que pedirle perdón a esta persona si esta persona no es tan importante para ti como Dios lo es. Dios que es mas importante que esta persona ya te a perdonado, entonces de nada vale que te confieses con esta persona.” Estos pensamientos me retenían a hablar con esta persona y comunicarle lo que yo había hecho. Siempre que yo veía a esta persona me daba vergüenza de mirarla a la cara, sabiendo que yo le había mentido. 3 meses pasaron y yo ya no aguantaba tener este secreto a dentro de mí. Era como si tuviera una puñalada en el corazón. Yo de alguna manera tenia que comunicarle a esta persona lo que yo había hecho porque eso estaba en mi corazón. Llego el momento en el cual yo dije; ‘’ Ya yo no puedo mas yo tengo que decirle a esta persona lo que paso y no me importa lo que esta persona valla a pensar de mi”. Me confesé y esta persona me entendió y no me juzgo.
Tal vez esto le ha pasado a usted. Muchas veces ha dicho una mentira para alguien o a hecho algo malo para alguien. Le pediste perdón a Dios pero no tenias o tienes  el valor para confesarte con esa persona. Muchos pensamientos vienen a tu mente y esos pensamientos te retienen a decir  la verdad. Piensas que si le dices a esta persona, ella o el te va a juzgar. Mas en realidad no es así, si te confiesas esta persona se va a dar cuenta de que usted es honesto y que es capaz de admitir sus errores. Créame que cuando usted sea honesto esa puñalada en el corazón va a salir. Muchas veces nosotros cometemos muchos errores y no somos capases de admitir que fallamos, pero las cosas cambian cuando somos honestos porque no solo estamos siendo honestos para nosotros mismo si no también para otras personas. Haga lo que usted tiene que hacer y no piense en lo que otros vallan a pensar de usted, mejor es ser honesto que vivir con una puñalada clavada en el corazón. No espere mucho tiempo para hacer lo correcto.

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